Los recién nacidos duermen y duermen durante muchas horas. Por ello, es de vital importancia cuidar su descanso y conseguir que sea lo más placentero posible. La cuna realiza un papel fundamental durante los primeros años de vida, razón por la que debe cumplir una serie de requisitos imprescindibles. ¡Sigue leyendo e infórmate de las características que garantizarán la seguridad de tu peque!
¿Qué propiedades conseguirán el mayor bienestar de tu hijo?
La mayor protección. A la hora de elegir la cuna más adecuada para el bebé, hay que prestar especial atención a su seguridad. En este sentido, las barandillas son el elemento fundamental. Según la normativa europea, estos barrotes deben tener una separación que ronde los 4,5 y 6,5 centímetros. Estas medidas son muy importantes, ya que permiten que el pequeño no introduzca sus extremidades entre ellos.
Su altura debe oscilar los 60 centímetros como mínimo, con el fin de que tu hijo pueda ponerse en pie sin posibilidad de accidentes. Como consejo, asegúrate de que los barrotes sean lisos, así el pequeño se agarrará con la mayor protección sin hacerse daño.
El somier, uno de los imprescindibles. Ha de ser rígido e indeformable, de modo que el peque pueda desarrollarse con total normalidad. Existen varios tipos y cada uno de ellos ha de poseer una serie de características indispensables. Aquellos de telas metálicas tienden a ceder, por lo que han de ser de buena calidad. Por otro lado, las láminas de madera no se deforman o al menos resulta más difícil. Éstas garantizan un magnífico apoyo.
En lo referente al colchón, debe ser rígido y confortable al mismo tiempo que se adapta a los movimientos del niño. Un artículo blando no resulta adecuado, pues no es conveniente que ceda con el peso del bebé. Normalmente, puedes encontrar de fibra sintética, natural o de muelles. Como consejo, los recién nacidos suelen descansar mejor en colchones de tres o cuatro centímetros de contorno, mientras que lo más grandes (dos o tres años) preferirán que ronden los seis centímetros.
Los materiales de las cunas han de velar por la salud de los más pequeños. Por ello, las pinturas y barnices deben ser atóxicos y capaces de resistir la corrosión. Además, muchas de ellas cuentan con ruedas que permiten el desplazamiento de la cuna con total facilidad. ¡Verifica que al menos dos de las patas lleven frenos!
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